martes, 26 de marzo de 2013

Papel cebolla


Creo que no lo conozco bien, pero me hace recordar y los recuerdos son buenos para la vida.
Aunque sean malos.
Recordar un olor, recordar una puesta de sol, recordar una risa.
El problema viene cuando te pasas el día recordando y no ves la vida a tu alrededor.
El papel cebolla está cargado de recuerdos melancólicos.
A mí me parece que el papel cebolla, a veces, te hace llorar.
El otro día vino un hombre serio a mi casa cargado de papel cebolla.
Pedía dinero para poder pagar la luz.
Y le di un poco de papel moneda, pero en vez de alegrarse se puso a llorar.
Le dije que se quitara todo el papel cebolla que llevaba encima y que lo tirara al contenedor.
Pero no me hizo mucho caso, porque a la semana siguiente vino de nuevo envuelto en papel cebolla.
Pedía dinero para poder pagar el agua.
Pero esta vez yo no le di papel moneda.
Y se puso a llorar otra vez.
Mal asunto el papel cebolla, pensé. Mal asunto.

Tomado del libro Piedra Papel Tijera de Esther Quevedo, Edición de Autor, Barcelona, 2012

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